Bienvenidos...

Mi cabeza, donde puden encontrar desde cielos de muchos colores, hasta un mar de completa desesperación... Así soy yo. Contaré partes de mi vida camufladas como siempre en cada frase o historia que creo. Depocitamos parte de nosotros mismos siempre... " Escribir es abrirte a los demas de forma desprotegida, pero bella "

sábado, 5 de abril de 2008

~ Athan Fontsommè ~

Al entrar en este mundo, comprendí que no todos estamos predestinados para algo importante, también aprendí que la mayoría de nosotros somos solamente esa herramienta que estas personas usan para llegar a ser poderosos, tener fama y fortuna…
Entonces… que se supone que somos? Solamente una herramienta o realmente somos esa pieza indispensable en la vida?...
Comprendí que muchas cosas no las podemos hacer solos, que siempre necesitamos de aunque sea una palabra de aliento que nos guíe.
Tal ves todo lo que estoy diciendo muchos de ustedes ya lo sepan, y me crean inútil o repetitivo. Pero ciertamente quiero expresar lo que es para mi, el resumen de mi vida…

La mayoría en estas épocas hemos nacido sin tener grandes riquezas y sin esos títulos nobles. Bueno, yo no era la excepción.
Mi vida era simplemente ser empleado de un loco. Llamando loco a alguien que luchaba por sus ideales y por sus principios mas que por que ropa usaría o cuanto dinero había gastado. Su nombre era Lisander Fontsommè. Literario y músico.Me enseñó a leer, escribir y a tocar la flauta.No tenía herederos de su fortuna, jamás se casó y es así como murió.Me entregó su apellido y le debo, además de una gran gratitud, el poder ser quien soy ahora. Athan Fontsommè.

Sin rumbo fijo, una flauta y conocimientos poco importantes para muchas personas, emprendí mi viaje a la milicia. ¿Cómo llegué ahí? Bien, no fue fácil, pero por suerte era joven y el entrenamiento no me costó tanto.
Conocí en una de esas noches en silencio en los campos de entrenamiento, mientras tocaba la flauta a una chica, de quien me enamoré y por juego del destino desposé luego de ser padre de un chico.Sin saberlo era padre y líder de una familia. Pero sumamente feliz.
El padre de aquella muchacha era el general que…. Debo decir… no apreció mi paternidad y nos expulsó tanto a ella como a mí de la milicia y despojó de toda herencia a mi amada.
Solos por el mundo, llegamos a Esparta, en donde su milicia era mucho mas dura y controlada por un Rey, Gregg Colbert, bastante mas intolerable y estricto. Pase el entrenamiento y debido a que sabía leer y escribir me dejaron ingresar a un área privada del rey. Básicamente de su séquito íntimo que arreglábamos asuntos sin resolver…
Me pagaban extremadamente bien, me daba miedo aceptar ese dinero de ves en cuando, pero mi hijo y mujer tenían educación y comida. Al llegar a casa ese miedo desaparecía.
Quien diría que ese trabajo iba a trastornar mi mente y a controlarme tanto… los asuntos por problemas reales comenzaron a ser mucho mas intensos y oscuros, ya no era solamente controlar a una persona que adeudaba o amenazaba la vida de nuestro rey, sino familias completas que conspiraban en su contra. Jamás voy a quitarles la vida a una mujer o a un niño, me era realmente imposible aunque sea pensar en ello.
Renuncié, dejé ese trabajo, hable personalmente con el rey para decirle que sin decir nada de lo que sabía dejaba Esparta esa misma tarde con mi familia.

Al volver a mi casa, que quedaba a las afueras de la ciudad, cerca de una montaña, sentí ese aroma escalofriante. Sangre… toda la casa manchada con sangre y dos cuerpos en el suelo… mi mujer e hijo fueron asesinados por los que hacía pocas horas eran mis compañeros… por traición…
Desaparecí del mundo… me lleve a mi familia hacia Roma nuevamente y en un rico donde poder ver el mar, enterré sus cuerpos.
Sin mas que hacer, sin ganas de ser amable, sin ganas de sonreír, encontré trabajo en la guardia del Rey de Roma. Theron Beaufort.

Un guardia sin mas que decir…
Pasado el tiempo mis penas quedaron sumergidas en mi memoria sin retomarlas, mas allá de aquellas noches donde la luna se encuentra llena.
Me dediqué a entrenarme física y mentalmente. Leí mas que nadie, conseguía y compraba libros. Aprendí otros idiomas para poder leer aún mas. Me encerré en mi mundo, en mi propio ser.
Hasta que… luego de algunos años, un pequeño niño, de cabellos rubios y ojos verdes, sin nada, memoria, vida o futuro llegó a mi por obra de este destino.Su nombre era Elias.

Continuará...